"Casa de Restauracion" |
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La Unidad en una Sola Carne |
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LA UNIDAD EN UNA SOLA CARNE
Por tanto, dejara el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Génesis 2.24
Introducción: La palabra unirse significa: Adheridse, llegar a ser uno. La unidad es vital en nuestros hogares porque no se pueden ser sola carne con nuestro cónyuge, si antes no estamos unidos al Señor Jesucristo (Nuevo Nacimiento). Cuando nos unimos en pacto matrimonial podemos experimentar la bendición de vivir en una sola carne, esto nos habla de un proceso por medio del cual un matrimonio llega a la unidad de su ser integral (espíritu, alma y cuerpo).
El orden que Dios dejo establecido en dicho proceso es empezando por la unidad del espíritu, luego la unidad del alma, y por ultimo la unidad del cuerpo; el enemigo que conoce este orden a confundido al mundo enseñando que se debe empezar por la unidad en el cuerpo y es por esta razón que muchos hogares fracasan.
Desarrollo: La comprensión del concepto de una sola carne se encuentra en (Gn. 1 y 2).
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Adán y Eva fueron creados para comprenderse y realizarse plenamente el uno al otro. Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre este solo; le haré ayuda idónea para el. Eva había de ser una ayuda para Adán. (Gn. 2.18) La palabra ayuda en hebreo significa “Rodear”, tenia la naturaleza de Dios, su naturaleza ere amar y dar, había una integración plena.
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Dios estableció la sinergia en la relación de una sola carne, sinergia significa: Que la totalidad es mayor que la suma de las partes, cada uno tiene cualidades y atributos únicos si los unimos van a ser mayores. Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros. (Levítico 28.6).
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Cuando Adán estaba solo le dijo: que cultivara y cuidara el huerto. Tomo, pues, Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén para que lo labrara y lo guardase (Gn. 2.15). Pero cuando Dios los junto a Adán y a Eva, Dios los bendijo y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra (Gn. 1.28).
Unidad integral en el Matrimonio:
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma, y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo (1 Tesalonicenses 5.23).
Unidad en el Espíritu:
Cuando la pareja forma parte del cuerpo de Cristo, son uno en espíritu. Y pondré entre vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Ezequiel 36.27).
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Tanto Adán como Eva fueron creados a imagen de Dios, por lo tanto, tenía la unidad en su Espíritu.
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La unidad en el Espíritu es cuando los dos hombre como mujer, podemos venir ante la presencia de Dios y tener comunión con Él a través de la oración y la búsqueda, para poder ser transparentes ante Dios. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
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Al momento del matrimonio, nace una vida en una sola carne, pero tiene que ser nutrida y alimentada para que madure.
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Necesitamos honrar y estimar las necesidades de nuestro compañero de pacto por encima de las nuestras y la de los demás. El que ama a su esposa a si mismo se ama (Ef. 5.28). Por tanto dejara el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne (Gn. 2.24). Conforme atendamos las necesidades del uno al otro, nutrimos nuestra relación de una sola carne, y como resultado serán bendecidos.
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No había vergüenza ni oscuridad (pecado) entre ellos. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer y no se avergonzaban.
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Imagínate estar completamente desnudos con tu cónyuge en todos los aspectos: En lo físico, en lo emocional (alma) y en lo espiritual; eran transparentes tenían libertad para ser ellos mismos en una forma abierta y honesta, no había nada que ocultar, había lealtad en uno al otro, había fidelidad. Este es el plan de Dios para su matrimonio también.
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Satanás conocía que en la relación de Adán y Eva había unidad y poder. Concibió un plan a fin de ponerlos contra Dios y el uno contra el otro rompiendo esa relación, Satanás convenció a Eva para satisfacerse ella misma y dejar de ver las necesidades de su pareja. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomo de su fruto, y comió; y dio a su marido. El cual comió así como ella.
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Adán le siguió y se sometió a los deseos de su carne, sin tomar en cuanta lo que Dios les había dicho. Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de el comiereis ciertamente morirás (Gn. 2.17). Cada uno empezó a satisfacerse a si mismo.
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Se cubrieron el uno del otro dejaron de ser transparentes, hoy en día las parejas se esconden y se protegen el uno del otro. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales.
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Se escondieron de Dios. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se pasaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto (Gn. 3.8). Dejaron de ver a Dios como parte de su matrimonio.
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No reconocieron a Satanás como su enemigo, sino que se culparon el uno al otro e hicieron culpable a Dios. Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y yo comí (Gn. 3.12).
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No reconocieron su culpa, hoy en día las parejas justifican el pecado, en vez de llamarlo pecado y arrepentirse. El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzara misericordia (Proverbios 28.13).
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Con todo esto solo quedo la unión física. Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo por voluntad de Jehová he adquirido varón.
Unidad en el alma:
El alma es la parte de nuestro ser por la cual nos expresamos, los sentimientos, pensamientos, intelecto y voluntad.
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Cuando una pareja se casa se están uniendo dos almas con diferentes costumbres, anhelos, posesiones, frustraciones, etc. Y que al momento de convivir manifiestan lo que han acumulado, es por eso que se hace necesario el dialogo y la ministracion del alma, que tiene como objetivo sanar traumas, problemas, recuerdos de nuestra niñez, o de la vida de solteros, esto solamente lo puede hacer nuestro Señor Jesucristo a través de sus ministros. Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas (Hebreos 13.17).
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Para poder unirnos a nuestro cónyuge en un mismo sentir necesitamos recibir sanidad del alma. Por lo demás hermanos tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un sentir y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.
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Debemos perdonarnos el uno con el otro, para disfrutar de la vida en abundancia en nuestro hogar. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro padre celestial.
Unidad en el cuerpo (Carne):
Cuando la Biblia nos hable de una sola carne dentro del matrimonio en el orden de Dios, nos habla de un proceso que finaliza con la unión física. Y dijo: Por esto el hombre dejara padre y madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne (Mateo 19.5).
Veremos tres pasos a seguir para llegar a ser una sola carne en nuestro matrimonio:
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Dejará padre y madre: Esto significa que debemos cortar con el cordón umbilical, esto se refiere a no depender emocional y materialmente de ellos, significa también tomar la responsabilidad de nuestro hogar para guiarlo según el plan de Dios. Observemos que dice: El hombre dejara padre y madre se lo piden al hombre ya que para unirse a su mujer es necesario primero desligarse para asumir el papel que le corresponde como cabeza de su matrimonio y tomar sus responsabilidades como esposo.
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Unirá: Unirnos a nuestro cónyuge, se da en el orden de Dios, empezando en el Espíritu, alma y cuerpo.
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Serán una sola carne: es el resultado de los pasos anteriores finalizando en la relación física en el cuerpo. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos.
Si el enemigo les ha hecho creer que su pareja es culpable de cosas que pasan en su matrimonio no lo acepten, reconozcan cada uno ese error, perdónense a si mismo y pídanle perdón a Dios y a su pareja.
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