"Casa de Restauracion" |
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EL VERDADERO PERDON
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otro, como Dios también os perdono a vosotros en Cristo. Efesios 4.32
Introducción:
El perdón es fundamental en la relación conyugal, no tenemos problemas en el concepto; pero es difícil ponerlo por obra. Con frecuencia nos justificamos a nosotros mismos y somos rápidos para encontrar faltas en nuestro cónyuge.
Desarrollo:
El verdadero perdón es aquel que ofrecemos por cualquier ofensa o deuda; Renunciamos a toda reclamación, Dios perdona gratuitamente. El nos perdono a través de Jesús quien pago el precio por nuestros pecados. Nosotros también debemos de perdonar gratuitamente sin “Cobrar” por el perdón. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otro, como Dios también os perdono a vosotros en Cristo (Efesios 4.32).
- El perdonar es un mandamiento de Dios.
- Si perdonamos, seremos perdonados. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial. Más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mateo 6.14-15)
- Dios os puede perdonar sólo en la medida en que nosotros estamos dispuestos a perdonar a otros.
- La falta de esclavitud nos mantiene en esclavitud. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entrego a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. (Mateo 18:32-34).
- Buscamos ser perdonados, pero retenemos las ofensas de quienes nos han ofendido. Con frecuencia, la falta de perdón se manifiesta en: enfermedades físicas y mentales; afectando tanto al que rehúsa perdonar como al que no es perdonado.
- El no perdona estorba las promesas de dios (Mateo 5:23-24), (Marcos 11:25). Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
- La palabra nos enseña que si hemos o nos han ofendido, nosotros debemos iniciar el perdón.
- La justificación solo perpetua el pecado y mantiene el vacio que existe entre los dos (Esposa - Esposa).
- El arrepentimiento de nuestro cónyuge no es necesario, antes de que lo podamos perdonar, ya que el acto de perdonar es liberar al ofensor hacia el arrepentimiento (Romanos 2:4) ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
- No existe limite al número de veces que hemos de perdonar (Mateo 18:22). Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.
- El Amor no guarda un registro de errores. (1 corintios 13:5). No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.
- El Amor cubre multitud de pecados (1 Pedro 4:8) Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubre multitud de pecados.
- Si el cónyuge está cometiendo un pecado repetitivo, perdona como Dios nos perdona (Isaías 43:25) Yo, Yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mi mismo, y no me acordare de tus pecados. El no se acuerda de un pecado perdonado, cuando perdonemos de la misma forma, no hagamos mención del pecado pasado que hayamos perdonado.
- Perdonar significa olvidar y no recordar, esto no es posible solo con nuestra capacidad y poder humano, solamente es posible por medio del poder de Dios, su naturaleza morando en nosotros nos capacita para perdonar y volver a cambiar.
- El perdón es un acto de voluntad no es un sentimiento, ejerce tu voluntad para perdonar, y los sentimientos vendrán después.
- Necesitamos examinarnos a nosotros mismos, no a nuestro cónyuge. (Lucas 6:37 nos dice: "No juzguen a los demás y no serán juzgados. No condenen a los demás y no serán condenados. Perdonen y serán perdonados.)cuando tenemos la capacidad de poder examinarnos podernos entonces ver nuestra propia necesidad de ser perdonados.
- Cuando hemos perdonado mucho, podemos esperar recibir mucho amor. (Lucas 7:47 Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le quedan perdonados, por el mucho amor que ha manifestado. En cambio aquel al que se le perdona poco, demuestra poco amor.)
- Dios no clasifica el perdón como “grande” o “pequeño”, no podemos justificar nuestro pequeño pecado de ser justos en nosotros mismos en virtud del “gran” pecado de nuestro cónyuge.
- Tenemos que renunciar a todo reclamo, liberar totalmente al ofensor, a fin de que ambos caminemos con libertad, el amor cubre el pecado. (1ª Pedro 4:8 Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.)
- La falta del perdón estorba nuestra relación con Dios y con las personas. Una actitud de falta de perdón que exista en nuestro corazón estorba nuestra relación con Dios (Mateo 6:14-15 nos dice: Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones.) Perdonando también obtendremos perdón, siembre perdón y cosecharas perdón. La falta de perdón afecta nuestra prosperidad espiritual y encubre nuestro pecado (Proverbios 28:13 El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y los abandona hallará misericordia.) Cuando no prosperamos tendemos a culpar al que nos negamos a perdonar.
LA AMARGURA POR LA FALTA DEL PERDON:
(Hebreos 12:15 Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados;)
La amargura es el resultado de no perdonar y dejar pasar mucho tiempo, es como guardar y retener el perdón, esto traerá como consecuencia que la amargura eche raíces trayendo consecuencias mayores como:
- Nos destruirá (Alma, espíritu y cuerpo).
- Afectara a otras personas.
- Dará a luz otros pecados.
- Nuestros corazones se enderecen.
- Apagara el amor y con frecuencia lo matara.
- Cuando tu cónyuge este ofendido, ayúdalo a perdonar, debes perdonar al ofensor aunque el propio ofendido no lo haga. No tomes partid, alguien tiene que propiciar el perdón y la reconciliación ¡Sé tú!
RECONCILIACIÓN:
La reconciliación viene cuando nosotros mismos nos perdonamos; es necesario que antes de perdonar a otros, necesitamos perdonarnos a nosotros mismos; si no nos perdonamos a nosotros mismos, nos colocamos en una posesión más elevada de la del Señor, ya que el siempre nos perdona. (1ª Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.)
- No podemos amar y perdonar a otros, si no nos amamos y perdonamos a nosotros mismos (Mateo 22:39 Y el segundo es semejante a éste: AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.)
- No permitan que aquellas pequeñas áreas de falta de perdón en tu matrimonio, porque la pequeñas cosas echan a perder las grandes (Cantares 2:15) Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas que arruinan las viñas, pues nuestras viñas están en flor.
- Jesús dio muerte a la hostilidad, destruyendo el muro de separación que existía entre nosotros, no permitas que el enemigo reconstruya el muro de la falta de perdón. (Efesios 2:14 Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación.)
¿CÓMO PERDONAR?
- Reconócelo como un acto de voluntad, no un sentimiento.
- Pídele a Dios que te de su fuerza para poder hacerlo.
- Pídele a Dios que te muestre como Él ve al ofensor.
- Permítele que su compasión fluya dentro de ti.
- Escoge hacerlo en obediencia.
- Lleva la herida que recibiste a la cruz e intercámbiala por el amor y la misericordia de Cristo.
- Confiésalo como algo que ya está hecho.
- No traigas mas a la memoria la ofensa olvídala. (No medites en ella)
- Habla la palabra de Dios en oposición al problema.
- Bendice al que has perdonado (Mateo 5:44 Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen).
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- Ahora viene el tiempo para caminar en el perdón que han dado y recibido. Si un conyugue tropieza que el otro le ayude a levantarse (Eclesiastés 4:10).
Continua preguntándote vez tras vez, ¿Estoy tratando a esta persona como quisiera que Jesús me tratara cuando peco?. Una pareja que es rápida para perdonar puede sobreponerse a cualquier obstáculo que el enemigo ponga en su camino.
Continúen oran el uno por el otro continúen acercándose en el poder de Dios, su compasión y misericordia. Mantengan sus ojos en Cristo y las ofensas de otros parecerán cosa pequeña en comparación con el gran amor perdonador de JESÚS.
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